La pasión enreda los matices
que nuestro juicio realiza
y se sombrea la razón
con un decálogo en grises.
Nuestro criterio se engaña
con la falsa fascinación
no amamos a quien vemos
sino aquel que idealizamos.
No hay vicios ni defectos
visibles para el alma
y obedeciendo al corazón
resolvemos sin la razón.
Laura Gil
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