viernes, 3 de abril de 2015

LAS MANOS DEL TIEMPO



Vives desde que mis cristales te vieron
en el instante en que a mi vida llegaste
con tu solaz en los florones del viento
con las palabras que cautivaron mi astro.

Me guardaste en el laberinto del sueño,
donde vive la sombra al sur de tu norte
llegaste entre las ligaduras del tiempo,
amarrado a un manojo de humo y ceniza.

Pero el firmamento reclama su suerte
como la primavera exige las flores
y el cántaro al agua todo se devuelve
en el tiempo justo en que se incline su eje.

¡Déjalas...! no voy a pedirte mis rosas,
pero eso si esas espinas son mías;
!Devuélvemelas...! ellas tienen mi sangre,
mi dolor y se quedan conmigo.

Tus remolinos envolvieron mis sueños,
y se sumergió tu recuerdo en el fondo;
al final de los espirales angostos,
que se acortaron al compás de tu olvido.

Laura Gil. 



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