viernes, 3 de abril de 2015

TENERTE



Tu oleaje sobre el océano de mi cuerpo
es la sacudida en los cielos del espíritu
en ese afanoso suspiro en que se adentra
y rompe los misterios del naufragio.

No se mecen las aguas, nunca a solas
sin la eterna melodía de sus olas,
ni se rompen las arenas en sus playas
sin las pisadas que marcan el destino.

Es eterno el azul de los enigmas
que llevan esta vida a las pasiones
abrigadas en la ventana del sigilo
que despiertan en la puerta de la aurora.

No descansa mi alma, no descansa,
muere lentamente en sobresalto,
al tenerte sin poder entre mis dedos
acariciar tus cabellos y tus labios.

Laura Gil


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