Entre almidones y almohadones
deambula entre los solsticios
espera ver la presencia
en la soledad que la acompaña
Con el dolor de parir esperas
se regocija entre sus lamentos
envuelta entre sus destellos
a las estrellas mira rogando.
Que el retorno por fin florezca
y que la luna bien lo alumbre
que su mirada lo vaya guiando
y que sus ruegos lo favorezcan
Se opaca su fervorosa llama
si se retrasa a quien espera
abre sus alas, el ángel de vida
y a su encuentro sale perdida.
En silencio entre sus desvelos
recorre calles y grandes valles
en compañía del pensamiento
llora en silencio y vive la muerte.
Laura Gil
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