Llevo en mis venas el agua de ese amor adorado
en donde vibra la vida y los sueños se avivan
por el desesperado anhelo de esconderte en mi pecho
¡Oh Romeo mío, príncipe de mis consuelos!
En las antorchas de mi respiro van mis te adoro
en las laderas de mis deseos te buscan los brazos míos
por que sé que en ellos tu cuerpo se enciende
para recibir el ímpetu que el sol de tu cuerpo me entrega.
Recuerdo amor mío cuando fuiste el incienso divino
cuando en tu poesía entregada escribiste tu salmo,
para amarme en tu evangelio sagrado
me consagraste en tus versos y descubriste mi rezo.
El lienzo sagrado develó el vaticino de dos almas sedientas
¡Oh amor! esas ansias que ensalzaron nuestras vidas
en las mandolinas del viento con un canto de ángeles
la azotina de los clarines celestes unieron tu alma y la mía
Laura Gil
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