Nuestro amor es el vivir constante
en el silencio que desagua los temores
en ese sueño que desvanece sinsabores
en la perfecta armonía de las almas
con la perseverancia que se ajusta
en la consonancia adyacente del sentir.
Vamos cual dueños del espacio
sobre los hilos dorados del ensueño
adornando nuestras almas con esmero
adornando nuestras almas con esmero
en la travesía del destino que esquivamos
para acompasar nuestro sendero
en la insaciable embriaguez del existir.
Preguntamos ¿cómo fue todo posible
vernos uno al otro, sin mirarnos?
Entregarnos uno al otro, sin tenernos
en un instante interminable y convergente
en que las almas las fundimos
en un crisol donde siempre han de vivir.
Te amo en el efímero suspiro
que me delegó está vida para amarte
por que detrás de él, está lo eterno
que amanece perfilando horizontes
para vernos en dos vértices opuestos
tan acoples uno de otro y convenir.
Laura Gil
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