Me enamoré de esa primera piedra
que manaba silencio
en el patio de un pájaro cautivo
hacia el cruce de un papel,
entre las cruces de mi izquierda,
con la carga de un polígono
que viajó hasta mis lágrimas
y desnudó la soledad.
Me enamoré en esa noche de águila
que danzaba entre serpientes
en los diálogos del tiempo
hacia las lunas en alianza,
entre un goteo de avidez,
con la herida en mi raíz
que legó lluvia a las cosas
y abrió la puerta de tu exilio.
Me enamoré de esta historia
que bebía coplas en el vino
en la ebriedad de un poema
hacia la promesa de un relámpago,
entre el alba de mi herida,
con el triángulo de luz
que sepultó huellas en el aire
y rastreó palabras a tus años.
Me enamoré de esa fragancia a madera
que andaba en la libertad de las alas
en el extravío de infortunios
hacia un anónimo absoluto,
entre esa pluma que anduvo,
con la gracia de las garzas,
que sonrió al compás de los motivos
y humedeció los imposibles.
Laura Gil
Que bonito escribes Laura, imagino "sonreír la compás de los motivos..." algo superior sin duda... lindo como siempre. Qué lindo leerte, encontrarte aquí, saludarte. Atte. Jaquemate
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