A Barbosa - Antioquia
Acaba el día y
asoma
la noche a mi
ventana,
entre sus nubes
blancas
ciñe en cintas
naranja
el abrazo de un
adiós.
Hoy se cierra este
cielo
y mi morada me
unge
entonando clarines
que invocan
armonías
para una
despedida.
Mi terruño del
alma,
que me brota
ilusiones
que encienden mi
pecho
con la fiel
añoranza
de un pronto
volver.
Para andar sus
caminos
sus montañas y
ríos
sus veredas y
barrios
y arribar a la
cumbre
que me entrega su
cielo.
Recuerdo aquella
tarde
que me extendió
sus suelos
y sembré las
simientes
para que de ellos
brotaran
mis trigos y
frutos.
Desde aquel
entonces
se fundió en mi
alma
como se funde el
hierro
con el tesón que
arde
al construir sueños.
Sembré las
semillas
con mis manos
abiertas
y recogí los
abrazos
del amor que hoy
recibo
de mi pueblo
querido.
Todo aquello me
queda
con el calor del
recuerdo
de mis humildes
labriegos
de las señoras que
lloran
por la partida de
un hijo.
Mis compañeros del
alma
mis amigos y
hermanos
que extendieron
sus brazos
en su corazón me
acogieron
y me entregaron cariño.
Hermanos y amigos
que compartieron
tristezas
que ungieron mis
penas
con chistes y
risas
que tanta alegría le dieron,
a este compañero
cercano
al que tanto
apoyaron
en su alma los
guarda
porque el recuerdo
no olvida
la vida buena
vivida.
Mi familia amada
en la alcaldía
labora
en su recinto
convive
me despide y
me invita
me espera y me
acoge.
Hoy les dejo un
abrazo
con un pronto
regreso
después de un
descanso
tras la jornada
entregada
en estos años
forjados.
Les canto en mi
llanto
que los guardo en
el alma
que buscando mis
sueños
en mi pecho los
llevo
con un amor
extendido.
Todo dibujado ha
quedado
en el sublime
recuerdo
que me dejaron los
días
y los calendarios
borrados
en su compañía
vividos.
Y en mi memoria
grabado
como se forma la
huella
al recorrer el
sendero
para un pronto
regreso
sin perderse el
camino.
Para que el alma
nos lleve
por el camino
trazado
más temprano que
tarde
porque la noche se
acerca
con los brazos
abiertos
y la cena
servida.
Hoy sigo adelante
con el alma
partida
por una despedida
que me dice hasta
luego
de mi pueblo
querido
de mis gentes
amadas
de mis verdes
veredas
de mi tierra añorada.
La miel de mis
anhelos
volverá algún día
para abrazarlos de
nuevo
para entregarles
mi alma
por sentir que soy
hijo
de mi Barbosa del
alma
compañero y
hermano
de mis eternos
aliados
de mi familia
eterna
de mi sangre y
estirpe
coterráneo eterno
coterráneo eterno
de mi potrero
feliz.
Laura Gil