domingo, 19 de octubre de 2014

NO ES UNA DESPEDIDA




A Barbosa - Antioquia


Acaba el día y asoma
la noche a mi ventana,
entre sus nubes blancas
ciñe en cintas naranja
el abrazo de un adiós.

Hoy se cierra este cielo
y mi morada me unge
entonando clarines
que invocan armonías
para una despedida.

Mi terruño del alma,
que me brota ilusiones
que encienden mi pecho
con la fiel añoranza
de un pronto volver.

Para andar sus caminos
sus montañas y ríos
sus veredas y barrios
y arribar a la cumbre
que me entrega su cielo.

Recuerdo aquella tarde
que me extendió sus suelos
y sembré las simientes
para que de ellos brotaran
mis trigos y frutos.

Desde aquel entonces
se fundió en mi alma
como se funde el hierro
con el tesón que arde
al construir sueños.

Sembré las semillas
con mis manos abiertas
y recogí los abrazos
del amor que hoy recibo
de mi pueblo querido.

Todo aquello me queda
con el calor del recuerdo
de mis humildes labriegos
de las señoras que lloran
por la partida de un hijo.

Mis compañeros del alma
mis amigos y hermanos
que extendieron sus brazos
en su corazón me acogieron
y me entregaron cariño.

Hermanos y amigos
que compartieron tristezas
que ungieron mis penas
con chistes y risas
que tanta alegría le dieron,

a este compañero cercano
al que tanto apoyaron
en su alma los guarda
porque el recuerdo no olvida
la vida buena vivida.

Mi familia amada
en la alcaldía labora
 en su recinto convive
me despide y me invita
me espera y me acoge.

Hoy les dejo un abrazo
con un pronto regreso
después de un descanso
tras la jornada entregada
en estos años forjados.

Les canto en mi llanto
que los guardo en el alma
que buscando mis sueños
en mi pecho los llevo
con un amor extendido.

Todo dibujado ha quedado
en el sublime recuerdo
que me dejaron los días
y los calendarios borrados
en su compañía vividos.

Y en mi memoria grabado
como se forma la huella
al recorrer el sendero
para un pronto regreso
sin perderse el camino.

Para que el alma nos lleve
por el camino trazado
más temprano que tarde
porque la noche se acerca
con los brazos abiertos
y la cena servida.

Hoy sigo adelante
con el alma partida
por una despedida
que me dice hasta luego
de mi pueblo querido
de mis gentes amadas
de mis verdes veredas
de mi tierra añorada.

La miel de mis anhelos
volverá algún día
para abrazarlos de nuevo
para entregarles mi alma
por sentir que soy hijo
de mi Barbosa del alma
compañero y hermano
de mis eternos aliados
de mi familia eterna
de mi sangre y estirpe
coterráneo eterno 
de mi potrero feliz.

Laura Gil





1 comentario:

  1. Hola,
    La verdad que hay que leerlos varias veces para sacarles el gusto que se merece leer unos buenos poemas.

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Muchas gracias por tu tiempo, saludos cordiales.