Qué extensas son mis avenidas
cuando las tapiza esta ausencia
en los rincones de la nostalgia
que se adentra en mis veredas.
Qué silenciosas son mis pisadas
en la senda de mis pasos
en la senda de mis pasos
sin sentir el trino de las aves
que me entregan tus delicias.
Qué triste es este recuerdo
de la promesa otorgada
cuando se mecen las hojas
en el silencio del olvido.
Qué amarga es la distancia
si se amalgama en el alma
con el deseo de tenerte
entre el aire de mi espacio.
Qué largo es el tiempo
cuando no termina la espera
y germina la semilla del vacío
en las entrañas del ensueño.
Qué extensas son mis avenidas
y que dolorosas son mis pisadas
en el triste recuerdo que nos ata
en la distancia que nos une.
Laura Gil
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