A María Sulma Arias Marín
(Q.P.D)
Cae la noche en el reflejo de un instante
y muere ella en el suspiro de un resol
el aire que penetra en nuestras venas
nos acorta la vida en su trayecto.
Un instante no me bastó para aceptar
la mirada que me enfrentó a su partida
en mis brazos descansó por un momento
y mis recuerdos desfilaron incesantes.
La dulzura de sus ojos que celestes
miraban la esperanza en su destello
suave y bella como brisa de estío,
fuerte y frágil en la caricia de su risa.
Su integridad respirada inocencia,
sabia en la entrega espontánea,
rebozada de dulzura, amor y calma
en cada broma derramaba inteligencia.
En honor a su memoria hoy recuerdo
las promesas que brotaron de mis labios,
para el tesoro que su pecho alimentó
por el fruto que dé su seno un día nació.
Laura Gil
Exquisito
ResponderEliminarEncantadores verso, muy sentido poema, un gusto leer tus letras, un abrazo
ResponderEliminargracias amigo Gerd... un gusto verte en este espacio poético.
ResponderEliminarun feliz día ...