lunes, 6 de abril de 2015

DESNUDANDO EL ALMA



DESNUDANDO EL ALMA


Con la dulzura que mueve mi alma, con el entusiasmo que envuelve mis ilusiones, me dirijo a ti en estas sencillas y sinceras líneas, para decirte que desde el día te implantaste en mi alma soy una mujer que vive y vibra por ti, podrás pensar que obedece a la alucinación de una atracción que irrumpe frente a lo desconocido para desentrañar los misterios que contienen tu alma y que se ha  reconfortado en la incontrolable complacencia de amar, innegable es, la mutua atracción emocional que circunda nuestras almas con un amor que supera los pronósticos del tiempo y distancia.

Todas tus manifestaciones de amor son sublimes desde la sonora resonancia de tu voz tan dulce en la brevedad de las aceleradas pulsaciones que provocas a mi corazón entusiasmado, cuando eres conciso y certero en la constante acústica de mis pensamientos, como un canto de arrullos que enaltecen mi sediento espíritu, hasta cuando me escribes de manera desbordada y puedes expresarte con las abundantes palabras que tu voz se guarda, todo ha sido sencillo e inexplicable, arrollador y envolvente, hemos edificado  un  proyecto de vida y seguimos firmes en esa misión.

Sé que tal vez esta misiva no colme tus expectativas frente a tus abnegadas epístolas románticas o tal vez no respondan en lo más mínimo a tus letradas entregas, aún así están escritas con toda la disposición de mi ser.

¿Pero cómo expresarme de otra forma si no es precisamente desnudando el alma para expresar lo que siento, vivo y pienso?  Bien sabes que te amo de una singular manera, con la rebeldía que me caracteriza, la que no deja de amar con la libertad de un pensamiento que no se apresa en la obnubilación del sentimiento, soy reservada e incomprensible, imperfecta y obstinada, con una concepción nebulosa del amor, nada de lo que brota de mi alma es fácil de comprender a los ojos de quien ama en la forma tan generosa y entregada como tú lo haces.

Lo único que puedo asegurarte,  es que te amo desde el primer día que arribaste a mi vida, eres un hombre maravilloso, con una sensibilidad única lo que hace de ti un ser que sabe amar sin mirar a quien y bajo que condiciones, un amigo que aconseja y sabe escuchar y dar con acierto lo que se espera, un romántico empedernido que no supera su adicción de amar y que ama sin pausa a pesar de los tropiezos que encuentre a su paso. Un hombre amoroso que agota su léxico para decir te amo de una y mil formas, un soñador que vive en el sueño eterno de las alucinaciones incansables de amar, un hombre respetuoso que antepone el amor por encima de cualquier pensamiento carnal del que se despoja para elevar el amor a la categoría de una sublime y espiritual pasión. Un hombre que me pone alas de mariposa y se pone alas de colibrí para volar junto a su amada en los jardines del ensueño y beber de la miel y néctares del amor.

Eres mi dulce y tierno alífero que sobrevuela mi alma esperando que mis alas posen para quedarte a mi lado a contemplarme, con la paciencia abnegada de quien espera a la lepidóptera traviesa que revolea sobre los jardines vecinos y tras de quedar exhausta ni cuenta se da que su amado colibrí la espera.

Eres y serás el hombre a quien amo y amaré con mi imperfecta y rebelde forma de amar, sin más demostraciones que aquellas simplezas que entrego tras mi prolongado silencio y mis inexplicables ausencias, así te amo y así te amaré, tan diferente a ti, pero si fuéramos iguales o similares no existiría la atracción de los opuestos, que es lo que le imprime el mágico encanto a nuestro amor.

Laura Gil

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Muchas gracias por tu tiempo, saludos cordiales.