En el vergel donde
nacen las montañas
donde inician los
misterios de los cielos
celajes entre algodones de azúcar
y aguas que
fluyen a las cuencas.
Riquezas de las
manos creadoras
confieren el
silencio en las estelas,
armonías de esos ríos cantores
y arenas que a
su paso acarician.
Son fortunas a
estos ojos mortales
que miran el
sobrevuelo de las aves
el arrimo de las
blancas caracolas
un misterio que se
oculta entre mareas.
Del oasis al edén
llegan promesas
para alegrar las auroras y las tardes
los
rocíos con las coplas entre arrullos
con la brisa que arriman las mareas.
El suspiro de las
plantas que oxigenan
murmullos entre aires que divagan
entre el azul de
los vientos que se enredan
con las aristas de la luz
que bien nos guía.
Cada día el sol nos enardece
con la caricia del
brillo en el respiro
esa tibieza que nace y
muere en la arena
en las cítaras y
dianas amarillas.
Un regocijo en las
noches de descanso
apacigua los pesares en la almohada,
el espíritu se
alimenta en el remanso
al contemplar del paraíso sus entregas.
Laura Gil
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tu tiempo, saludos cordiales.