Ruiseñor de mis conciertos
de los coros que aprecio
con tus liras y requintos
cuando afinas tu solfeo.
Tus romances me emocionan
tus armónicas se enlazan
con las tonadas que entregas
cuando transitas mis viñas.
Tus gemidos me entristecen
cuando llegan en comparsas
que me entregan la tristeza
que tu sonrisa arrebata.
Concertista de mi esencia,
que amplificas mis cuadernas
cuando en tus versos suspiras
cuando en tus cantos me besas.
Ven a darme tus conciertos
a entonarlos en mis parras
sinfonías entre cuerdas
con tus notas en las noches.
Canturrea tus acordes
en mis granjas y en mis huertos
y en el camino a mi paso
trae tu cuerpo al cortejo.
Cércame con tus silbidos
con los espasmos que agitan
con los atuendos de otoño
solfeando en mis sosiegos.
Ven alójate en mis venas
con la acucia que se acopia
en las raíces del viento
y en las planicies del alma.
Dame el bemol sostenido
cualquier nota que mes entregues
eres el arpegio exquisito
que mi existencia engrandece.
En las rondas de mis campos
ven ruiseñor de mis cantos
entrégame tus conciertos
para calmar mi nostalgia.
Por la ausencia que me agobia
por el olvido que tengo
por la pena que me abriga
de no tenerte conmigo.
Laura Gil
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