No permitas que tu ser acabe
que se enrede en el viento que la oxida
y se marchiten los pliegues de la
vida
en el arrebato de la médula del día.
No dejes que tu vida acabe,
que vague por el camino solitaria
que se disuelva en la penumbra
del confin que vence el tiempo.
Que no acabe el instante hallado
el momento que marca la huella
en las orillas del alma y en las
velas
de la ilusión que habita en la sombra.
Aquí vamos juntos y adyacentes
al lomo del tiempo que cabalga
sin descanso hacia el final del día
por la ruta trazada del destino.
Antes de morir bien caminemos
con el cronómetro invencible
en la espesura de los bosques
en la humedad de sus ramajes.
Abramos paso entre la selva
trepemos los bejucos sueltos
de los sueños aún despiertos
que señalan la senda de esta vida.
Arribemos al cielo del alma
antes de que llueva el tiempo
sin morir primero en el suspiro
del momento que lo acaba.
Todo termina en la última morada
no lleguemos sin vivir los sueños
donde se funde el sol y la noche reina
entre la sombra que la habita.
Vivamos nuestros sueños sin afanes
antes de llegar a la estación final
dejemos que se haga antes de volar
gocemos los sueños que vivimos.
Laura Gil
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Muchas gracias por tu tiempo, saludos cordiales.