Te amo en el silencio de este desvelo
en la soledad de esta lluviosa tristeza
en este suspiro que corta mi sangre
que me deja en la condena de muerte.
Te pienso con desesperada nostalgia
en cada dejo de mi llanto incansable
en ese espacio del vacío en que duermes
y te guardas abrazando misterios.
Te aclamo en esta insondable agonía
en este espacio que muerde mi alma
en esta nada que nubla mi cielo
en esta angustia que clava dolencias.
Te venero en mi espacio secreto
en ese rincón donde la alegría fallece
y proclamo tu nombre a los vientos
para que regrese el eco en consuelo.
Te deseo con el hambre de muerde
que carcome las venas del alma
que desangra mis fluidos salobres
y me dejan en el abismo en caída.
Te alabo en los recuerdos que guardo
que planta en suspiros la médula
y permite que vivas prendido en mi vida
imborrable como un paisaje en mis ojos.
Te necesito como el aire al viento
como el agua y el clima a su entorno
como la niña al lobo y al bosque
en el cuento donde la muerte es vencida.
No me dejes morir ni que muera
la esperanza en mi vida y un siquiera
de tenerte bebiendo en mis labios
este amor que como aurora florece.
Si vuelves a caminar mis caminos
recordarás que mi alma fue tuya,
deje de ser en mí para ser tu respiro
soy tuya, de ti y sin ti un río seco.
Laura Gil