Emerge la fuerza del silencio
un cincel labra la memoria
en el abismo del olvido
que moldea en seco la dolencia.
En la orfandad que acompaña
el desvarío del recuerdo
un dolor que apolilla la vida
con el eco que entrega la nostalgia.
Discurren los rocíos de silencio
que esparcen historias en su riego
esos aires sedientos de quietud
que reflejan el frío de la ausencia.
Se recuesta mi calma disipada
despierto en la amargura del resfrío
reviven las espinas que ciñeron
el martirio que aviva el vacío.
No llega el respiro a mi regazo
el silencio despierta a las luciérnagas
que encienden las luces del ocaso
velando las imágenes dormidas.
Inmóvil despierto en mi aposento
con plumas de ganso en mi almohada
resplandece la sombra que un día
me dejó en el destello del descuido.
un cincel labra la memoria
en el abismo del olvido
que moldea en seco la dolencia.
En la orfandad que acompaña
el desvarío del recuerdo
un dolor que apolilla la vida
con el eco que entrega la nostalgia.
Discurren los rocíos de silencio
que esparcen historias en su riego
esos aires sedientos de quietud
que reflejan el frío de la ausencia.
Se recuesta mi calma disipada
despierto en la amargura del resfrío
reviven las espinas que ciñeron
el martirio que aviva el vacío.
No llega el respiro a mi regazo
el silencio despierta a las luciérnagas
que encienden las luces del ocaso
velando las imágenes dormidas.
Inmóvil despierto en mi aposento
con plumas de ganso en mi almohada
resplandece la sombra que un día
me dejó en el destello del descuido.
Laura Gil
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tu tiempo, saludos cordiales.