Llegaré en la soledad y diré
que me lleve tu gloria
y en medio del frío abrigador
a ti, unida estaré.
En la luz me quedaré contigo
al calor de la sombra
que al fin envuelve y diluye la vida
convidando a lo eterno.
No habrá días, soles, noches, ni lunas
siempre, más tiempo habrá
sin penas, ni afanes, sin azahares
será paz, calma eterna.
Fundiremos la materia y sin savia
calaremos la vida
viviendo en el goce de la victoria
el olimpo, el edén.
Cuando la vida sucumbe a la suerte
feneciendo se vive
donde vuela el ave, allí viviré
en lo etéreo y libre.
En el sediento confín de la tierra
recóndito lugar
morir es renacer a la plenitud
finalmente vivir.
Laura Gil
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Muchas gracias por tu tiempo, saludos cordiales.