martes, 20 de mayo de 2014

EN UNA TARDE



Una tarde como esta
te observé entre las sombras 
no era un día cualquiera
por el campo perdido
entre viñas y huertos. 

Venías en el camino del ocaso
en las pupilas de la vida
entre el pulcro paisaje
con destellos y brillos,
con dulzura en mis sueños. 

En las briznas del aire
te entregué mil suspiros
 una tarde llegaste
entre letras perdidas
que entregaron las notas. 

Entre canciones habidas
que tocaron arpegios
con fantasías en sueños
un sin fin de emociones
que tenía dormidas. 

Era una tarde de lunes
no un ocaso cualquiera
cuando el viento dormía
con el sol al poniente
 te forjé entre mis sueños. 

Como historia velada
en el paño del cielo
observé que soñaba
y que a mi vida llegaste
con la luna en la noche. 

Se alumbró la sombra
en el deslucir del día
cuando el sol cae dormido
y despiertan las estrellas 
con un queso encendido. 

La brisa exaltada
en el guardián del delirio
por un sueño querido
que tenía perdido,
entre rojos y azules. 

Feneció aquella tarde,
en el recuerdo que había
que tu amor era luz
en el pulso de besos 
que habitan en los labios. 

Sentí que a mi lado estabas
tan prendido cual broche
 por mi alma querido
en mis sueños hallado 
y en mi vida hasta el fin. 

Laura Gil. 



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