Se descubre la caricia con sabor a caramelo
aromático sentir en la piel de los antojos,
un aroma que endulza las alforjas de mi tierra
que tensa ésta vida en la calma de los besos.
Nace en un color almendrado al contacto
que acompasa el ritmo cómplice adictivo
y deshoja los cabellos en el suspiro de un cuerpo
nucita inquieta que se enlaza entre las ramas.
Han de volver los amados claroscuros
que hablan del albedrío de nuestra piel
sin más testigos que tus ojos lágrima exquisita
sin más prisa que el tiempo en su compás
sin más abrigo que tu piel sobre la mía.
Laura Gil.
