Tu voz danzante llega a mis sentidos
con el claxón que canta tu recuerdo
entras a mis venas sedientas de tus brisas
en la transparente caricia de tus besos.
Es la estepa de tu alma extendida
la que edifica el elipsis de tu arrojo
que caldea los esmeros de la vida
y adormece la virtud en el delirio.
En un recreo de mareas te acercas
con las caracolas que viajan a tu lado
en las arenas que trazan nuestro tiempo
con la campana que anuncia tu arribo.
Te espero en la cuerda del destino
en este laberinto en que me encuentro
que empaña mis amargos pensamientos
y derrota la tristeza en tu abrazo.
Laura Gil