Hoy he escuchado el
canto de tus versos,
me ha llegado la nostalgia en tu voz,
en el latir en que vibra tu agonía,
y en el suspiro jadeante de tu sombra.
se desgarra esta pena
que nos pesa,
por la ausencia que en
ellos se respira,
por la presencia intangible que habita.
en la soledad que te
llena de congoja,
viertes lágrimas con el color de
las cerezas,
en el suplicio que tu
alma triste canta.
¿Cuál inquietud es la
angustia de tu alma
que enjalma un
trasegar de melodía?
Un canto que ilumina y
bien te cubre,
que suspira una triste sensación.
En clamores de sombras
tú me llamas,
me dices que mis versos
son respiro,
llega el turpial a decirme que me adoras,
por ello, un sueño te daré en un poema.
Una rima en laurel te
condecora,
con la musa silenciosa que reclamas.
Si he de darte una lira inspiradora,
será con el canto de mis ojos al mirarte.
Laura Gil