En el sumidero de una lágrima que cae
se ilumina la conciencia agradecida
que busca en las fortunas del misterio
la promesa a una vida bendecida.
Cada quien ovula en sus recuerdos
el vértigo de verse a si mismo
en los sueños que gestan sus delirios,
reflejado al borde de su abismo.
en los sueños que gestan sus delirios,
reflejado al borde de su abismo.
No pensemos en la vida, no hay razones
que nos conduzcan a darle algún sentido,
cada quien vive de aquello que se nutre
y transpira por los poros de su ego.
Duro es transitar en esta senda
con la soledad que escolta tantas horas,
encerrados en el dolor de nuestras penas
que enciende las luces que forjan el destino.
Laura Gil
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