domingo, 13 de abril de 2014

AQUEL DÍA


Todo terminó aquel día
en que la nube de la perfidia
se posó sobre tu piel 
y nos arrojó un suspiro gris.

Los mensajes se borraron
llenos de caricias  y promesas
 en las alas de los tiempos,
 declinaron su vuelo.

El respiro en su agonía
y los latidos inmóviles
con la sombra fue mi hábito
de la oscuridad de aquel marzo.

Desprendí tu alma de la mía
fueron tus manos de otros jardines
que engalanaron floreros ajenos
entre en sepelio de magnolias.

Llenaste tu vida de otros sueños
que deslucían llenos de ti
inmerso en un abismo
el vacío nos negó el abrigo.

Se desplomó del pedestal tu cuerpo
como cae un ángel sin alas
que desfallece desde el cielo 
por un fuego ahogado entre nubes.

Laura Gil


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