Si por casualidad saltando nace tu olvido
en círculos de ardentía al mirarme a los ojos,
sin más eco que el volumen de tu silencio;
será entonces que la música muere en tu boca.
Seré la astróloga que auspiciará tu destino
libre de pretensiones velaré por tu ausencia,
con rezos heroicos derrotaré a la muerte
y llegarán los sueños que nunca nos habitaron.
Ese será mi secreto amarte aún contra viento
sin el pendiente de tu miserable entrega
serás fantasía entre el cabello del tiempo
para olvidar que tu nombre nació en mis labios.