Las espinas y flechas,
que en mi pecho tus olvidos clavaron.
Los arpones y mástiles,
que a mi alma tus mentiras lanzaron.
Los blandos olvidos,
que durmieron el sueño de las ilusiones
Las oscuras sombras,
que guardaron la hiel sobre tu piel.
Las gotas venenosas,
que entre los filones de mi alma embebiste.
Los suspiros dolorosos,
que mancillaron la presencia que amaba.
Hoy navegan
tus espinas,
en mi alma con la brisa y el viento.
Hoy navego en las mareas
y en
la inmensidad de un suspiro.
Rebosante de amor
envuelta en la niebla que enjugó tus delirios.
No
estás conmigo,
te abrigué el día que enfríaste mi alma
En esta noche que arde,
en el frío que quema tu recuerdo.
Laura Gil