Cuánto
anhelo poder volver abrir
las puertas
del intruseo silencio
esa sordina
que contiene
la
añoranza que entre ruegos
pide que llegues pronto a mi casa.
Inmóvil me
dibujas,
penetras mis sentidos
susurra en mi mente el eco
que callado en mis espacios
te fusiona a mi corriente.
Poder
sentirte y no tenerte
desde el
fondo del abismo
cuando escalas mis peñascos
hasta el
pináculo de mi alborada
para sucumbir en tus chispeos.
Se detiene el tiempo
que
avanza sin retroceso
en
medio de la penumbra
que
me entrega tu ausencia
la que desde mis cielos evidencio.
Cómo no
sentirte amor mío,
si llegas
con el aura del recuerdo
en la luz de mis neuronas
y en ese suspiro en que me pierdo.
Estás en mi
estación reloj vigente
en el tic,
tac, urgente de tu tiempo
en la
apremiante evocación que llega
con la luz
del día en la noche ausente.
Laura Gil
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Muchas gracias por tu tiempo, saludos cordiales.