Extrañarte no es motivo para nacer en el silencio
se va agotando el vacío en este dejarlo todo
para expirar en el laberinto de nuestro ser
y recordar que éramos aún sin haber sido.
Nuestras pupilas de la mano de una lágrima
me recuerda las despedidas al paso de las mañanas
sólo para oler la distancia en el mar de un parpadeo
y sentir que tal vez fuimos aún sin haber sido.
Aquel camino que sabe de nuestros besos
que saborea la viña en el fruto del amor
con el rostro de la nostalgia en la ventura
para decirnos que somos aún sin haber sido.
Laura Gil.